Relaja la musculatura y el sistema nervioso, reduciendo así la tensión y dolores de cabeza. La baja temperatura del cristal de jade nos ayuda a contraer los poros, nos reduce las bolsas, ojeras e hinchazón y por su forma de rodillo nos facilita las maniobras de drenaje linfático de esa forma obtenemos un gran resultado desde la primera sesión.
Con el rodillo de Jade se estimula las fibras del colágeno, al pasarlo por los puntos de acuprensión y aumentamos la firmeza de la piel suavizando y reduciendo las líneas de expresión. Al activar la circulación de la sangre aportamos mayor oxígeno a los tejidos y promovemos la renovación celular.