Turquesa.
Según un antiguo dicho popular: “Aquel que en su mano lleve una turquesa, nunca conocerá la pobreza”
En el Tíbet, los budistas usan la turquesa para los rituales religiosos. En ocasiones la tienen incrustada en las ruedas de oración o simplemente, tanto budistas como visitantes la presentan como ofrenda y así pueda reflejar su poder espiritual.
Es uno de los minerales más antiguos y uno de los primeros en convertirse en adorno personal.
Utilizado a lo largo de la historia como amuleto de protección, sus buenas vibraciones nos protegen de los mal de ojos y caídas. Llevarla encima nos fortalece la autoestima y nos hace ser más posesivos.
Muchas son las culturas que han utilizado y utilizan esta piedra, por su gran energía y adaptación con la magia.
*Son productos naturales, por lo que cada colgante es una pieza única.